Violencia contra la mujer: un problema de todos
Todo ocurrió en Miraflores, un barrio acomodado en Lima, la capital de Perú. En plena calle, Martín Alonso Camino Forsyth, de 29 años, arrastró por la vereda a su novia, Micaela de Osma. Desde entonces, nuestro país no ha dejado de hablar del tema, que sigue ocupando las portadas de los medios locales. Actualmente, se estima que hay un feminicidio o intento de feminicidio por día, según el movimiento, ni una menos, que registró 941 asesinatos de mujeres -la vasta mayoría a manos de sus parejas o exparejas- desde 2009 hasta junio de este año. Realmente es muy preocupante el hecho de no poder sentirnos seguras en lugares donde deberíamos, es lamentable encabezar como país el ranking de mujeres asesinadas por sus parejas. Por consiguiente, el objetivo del presente ensayo es lograr que la ciudadanía reflexione sobre el poder y la relación que existe entre ella y la prevención de la violencia contra la mujer, y, además, logre aportar en la lucha contra este problema y su disminución de porcentajes anuales. Es por ello que consideramos que la ciudadanía tiene la responsabilidad de educar con los valores correctos y promover hábitos de equidad desde el inicio de la formación de una persona para evitar situaciones de violencia contra la mujer. A continuación, se presentarán los argumentos que sustentan la postura del equipo.
Entonces, si decimos que violencia parte del concepto de agredir a una o varias personas en distintas maneras, ¿cómo conceptualizamos la violencia contra la mujer? Ante ello, World Conference on Human Rights Vienna (citado por Agámez y Rodríguez, 2020) plantea que "es todo acto que resulte o pueda resultar en daño físico, sexual o psicológico para la mujer" (pp. 2-3). Concluyendo así que, la violencia contra la mujer es una violación a los derechos humanos, pues pone en riesgo su salud y si integridad. También, somos conscientes que en nuestro país existen altas tasas de violencia contra la mujer, por tanto, consideramos que las autoridades deberían tomar medidas más drásticas para todo aquel que atente contra esta, pues no solo está generando un daño en ella, sino también está infravalorando los derechos humanos.
De esta manera, nos preguntamos de donde es que parte el problema. Según Añino (2005), "en la especie humana, donde el peso de la cultura es tan fuerte, donde hay tantas películas, videojuegos y juguetes bélicos que presentan la violencia como un medio legítimo para conseguir los propios fines o para obtener poder o que la relacionan con la virilidad, no es necesario ir a la biología a buscar las explicaciones clave" (p. 5). Las causas de la violencia contra la mujer van más allá de una genética, si no, se basa en la crianza, los valores, el entorno y las influencias a las que está expuesta la persona. Hoy, en un mundo en el que se está expuesto a un sinfín de pensamientos, culturas y costumbres que son mucho más visibles gracias a la tecnología, las personas podemos adoptar comportamientos erróneos que básicamente son influidos por los medios, ya sean publicidades, canciones, videojuegos, películas, entre otros. Desde un punto de vista muy particular, concordamos con lo establecido anteriormente, pues somos como esponjas que absorben todo lo que se encuentra a nuestro alrededor y somos susceptibles a reaccionar con base en una acción.
Las mujeres están expuestas a este tipo de violencia en cualquier lugar en el que se encuentren. En el Estudio sobre todas las formas de violencia contra la mujer, del Informe del Secretario General de la Asamblea General de las Naciones Unidas, enuncia que las formas en que una mujer puede sufrir violencia son: en pareja, dentro de la familia, en la comunidad, por el Estado y en conflictos armados (Yugueros, 2014). Los tipos de violencia contra la mujer se dividen según el entorno en el que se realiza el acto. Siendo el entorno en pareja la violencia más común que experimentan las mujeres en todo el mundo. Desde el punto de vista del equipo, las mujeres sufren de violencia en los lugares que deberían sentirse seguras, con la persona que compartes tu vida y hasta en tu propia familia, la cual debería velar por tu bienestar. Es ahí que nos preguntamos ¿dónde estamos seguras?, ¿es necesario vivir en angustia toda nuestra vida? Es por ello que debemos tomar conciencia y educar de manera correcta a nuestros hijos, de generar buenos valores en nuestras familias y, sobre todo, de velar por los derechos de las nuestras.
Después de haber entendido todo lo que conlleva la violencia contra la mujer, debemos saber cómo reaccionar ante un caso de este tipo. "Comprensión. Esa es la primera palabra que tenemos que integrar si asistimos a algún caso de violencia de género a nuestro alrededor, puesto que es un tema muy sensible" (Cruz Roja, 2021, párr. 6). En este sentido, las voces expertas recomiendan no presionar a la víctima y hacerle saber que estamos ahí para apoyarla. Tampoco debemos intentar juzgarla. Ante esto, opinamos que es fundamental tener empatía para poder entender los sentimientos de la víctima y luego proceder a informarle sobre las entidades de ayuda a las que debe y puede recurrir.
Y, finalmente, como se mencionaba anteriormente, toda acción tiene una reacción. En el caso de la violencia contra la mujer tiene consecuencias que varían desde las más "simples" hasta la muerte. García (2000) asegura que "las consecuencias de la violencia contra las mujeres son muy amplias e influyen en todos los aspectos de sus vidas, su salud y la de sus hijos y se extienden, además, al conjunto de la sociedad [...] Además, la violencia influye de forma determinante en los sentimientos de amor propio, autonomía y capacidad para sentir y actuar con independencia y capacidad como mujer" (pp. 11-16). Entonces, entendemos que la violencia contra la mujer genera y deja muchas huellas en ella. Empezando por el aspecto físico, como hematomas, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, entre otras y cada una peor que la anterior. Así mismo, en el aspecto psicológico, depresión, ansiedad y trastornos. Ambos aspectos conduciendo incluso a la muerte de la víctima. Concluimos que, la violencia contra las mujeres afecta a todas las esferas de sus vidas: su autonomía, su productividad, su capacidad para cuidar de sí mismas y de sus hijos, y su calidad de vida. Aumenta su riesgo frente a una amplia gama de resultados sanitarios negativos e incluso la muerte. Gran parte de esta violencia se debe, fundamentalmente, a que son mujeres; hecho que recibe el nombre de violencia basada en género.
Para que la ciudadanía pueda aportar y prevenir situaciones de violencia contra la mujer, debemos tomar las medidas necesarias. "Idealmente, evitándola en el seno del hogar, para que los hijos no la aprendan y reproduzcan" (Linde, 2017, párr. 2). Entendemos que, quien vio o sufrió violencia tiene más probabilidades de reproducirla y, también, de padecerla. Entonces, recordemos la frase"árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza”, de allí partimos la explicación y el sustento que para poder disminuir y prevenir casos de violencia contra la mujer es necesario partir de la raíz, de la educación, de la formación de nuestros hijos, pues es muy difícil cambiar el chip de los adultos.
En el transcurso del ensayo hemos observado la influencia que tiene la educación y los medios en la formación de una persona que violenta contra una mujer, además de los escenarios en que se puede presentar esta problemática. Es por ello que hemos asegurado que el ciudadano cumple un rol muy importante y hemos buscado responder la siguiente pregunta: ¿cuál es la relación y cuál es el rol que cumple el ciudadano frente a la violencia contra la mujer? Ante esta pregunta aseguramos que la ciudadanía tiene la responsabilidad de educar con los valores correctos y promover hábitos de equidad desde el inicio de la formación de una persona para evitar situaciones de violencia contra la mujer. Finalmente, se exhorta a la población a tomar las medidas adecuadas y formar parte de la solución a este problema, educando de manera correcta y brindando la información correcta nuestros hijos. Además de enseñándoles las maneras de enfrentar situaciones de este tipo.
Referencias
Agámez-Llanos, V. y Rodriguez-Diaz, M. (2020). Violencia contra la
mujer: la otra cara de la pandemia. Psicología desde el Caribe, 37(1),
2-3. https://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/psicologia/article/view/13358/214421444840
Añino, S. (2005). Violencia contra las mujeres: causas,
consecuencias y propuestas. Roelma
S.L. http://www.infocoponline.es/pdf/VIOLENCIA
CONTRA-LAS-MUJERES-CAUSAS-CONSECUENCIAS-Y-PROPUESTAS.pdf
Cruz Roja (2021). Cómo
detectar y qué hacer ante un caso de violencia de género. https://www2.cruzroja.es/web/ahora/-/como-detectar-y-que-hacer-caso-violencia-genero
García Moreno, C. (2000).
Violencia contra la mujer: Género y equidad en la salud. Harvard Center for Population and
Development Studies, (6), 11-16. https://fundacionmariestopes.org.mx/plataforma-educativa/wp-content/uploads/2022/02/Violencia-contra-la-mujer.-Genero-y-equidad-en-la-salud..pdf
Linde, P. (2017). Qué
funciona para prevenir la violencia contra las mujeres. ¿Y si hablamos de
igualdad? IDB Mejorando
vidas. https://blogs.iadb.org/igualdad/es/que-funciona-para-prevenir-la-violencia-contra-las-mujeres/
Pallarés, M. (2012). Violencia
de género. Reflexiones sobre la relación de pareja y la violencia contra las
mujeres. Marge
Books. https://books.google.com.pe/books?id=m0jkOvbN8bsC&printsec=frontcover&dq=violencia+de+genero&hl=es&sa=X&redir_esc=y#v=onepage&q=violencia%20de%20genero&f=false
Yugueros García, A.
(2014). La violencia contra las mujeres: conceptos y causas. Barataria. Revista
Castellano-Manchega de Ciencias Sociales, (18), 147-159. https://www.redalyc.org/pdf/3221/322132553010.pdf
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